La especulación inmobiliaria dispara el precio de la vivienda en todo el mundo. Los salarios, van muy por detrás. La vivienda digna es un derecho fundamental cada vez más cuestionado. La gentrificación expulsa a inquilinos de sus hogares.
El reportaje nos muestra un nuevo tipo de propietario inmobiliario anónimo y una creciente crisis urbana que nos afecta a todos. No solo es una cuestión de gentrificación, sino de algo más amplio. En todo el mundo, el aumento del precio de los alquileres en las grandes ciudades obliga a muchos inquilinos a abandonar su barrio de toda la vida.
El reportaje acompaña a Leilani Farha, Relatora Especial sobre Vivienda Digna de Naciones Unidas entre 2014 y 2020. Viajó por todo el mundo para averiguar quiénes son expulsados de los centros urbanos y por qué. Sus investigaciones la llevaron, entre otros lugares, a la ciudad sueca de Uppsala, donde miles de viviendas cambiaron de dueño en un abrir y cerrar de ojos. Viajó también al elegante barrio londinense de Notting Hill, donde hay muchas mansiones vacías. Visitó Berlín y Valparaíso, pero también la periferia ajardinada de Seúl o el barrio neoyorquino de Harlem, donde un inquilino, de un día para otro, pasó de pagar 2.400 a 3.500 dólares por 70 metros cuadrados.
Además de los afectados, hablan la socióloga Saskia Sassen, el economista Joseph Stiglitz y el escritor Roberto Saviano. Explican cómo la vivienda se ha convertido en simple mercancía, capital que se negocia en los mercados financieros como acciones o materias primas y es presa de fondos buitre. Un desarrollo que ha desatado en pocos años una crisis social mundial.
"Creo que hay una gran diferencia entre la vivienda como mercancía y el oro como mercancía. El oro no es un derecho humano, la vivienda sí", afirma Leilani Farha. Por eso fundó "The Shift", una alianza internacional de alcaldes y ONG que intenta oponerse a la voraz transformación de la vivienda en un bien mercantil.