"Los primeros destinatarios de la educación emocional deberían ser el profesorado, en primer lugar, las familias, padres y madres en segundo lugar, los estudiantes en tercer lugar y la sociedad en general. Porque el desarrollo de las competencias emocionales dura toda la vida, pero en temas emocionales no nos han enseñado prácticamente nada". En este vídeo, el educador Rafael Bisquerra explica los beneficios de la inteligencia emocional para el bienestar de la sociedad.
Rafael Bisquerra es licenciado en Pedagogía y Psicología, doctor en Ciencias de la Educación y presidente de la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar (RIEEB). Catedrático de Orientación Psicopedagógica, Bisquerra dirige el Postgrado en Educación Emocional y Bienestar y el Postgrado en Inteligencia Emocional en las Organizaciones de la Universidad de Barcelona y lleva más de tres décadas investigando el mundo de las emociones, que ha plasmado en libros como ‘Educación emocional y bienestar’, ‘Prevención del acoso escolar con educación emocional’, ‘La inteligencia emocional en la educación’ o ‘Competencias emocionales para un cambio de paradigma en educación’, entre otros. Es el creador del primer “diccionario de emociones”, para nombrar y aprender a gestionar los fenómenos afectivos desde la infancia.
“Para mí, uno de los objetivos principales de la educación emocional es la prevención de la violencia, porque una parte muy importante de la violencia que hay en el mundo se origina en la ira que no somos capaces de regular de forma apropiada”, concluye el autor.
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