En esta entrevista se evidencia la experiencia de lucha, la fortaleza y esperanza de las mujeres populares, pero también las consecuencias de más de 30 años de capitalismo neoliberal: individualismo y falta de empatía que ronda por entre los anhelos de construcción colectiva. Los y las pobladoras organizadas y comprometidas con la defensa de la toma, no solo deben hacer frente a la querella, a la amenaza de desalojo y a la posible ley antitomas, sino también a una mentalidad de hombres y mujeres que son fruto de la lógica del capital. Por ello, es fundamental apoyar el trabajo y el compromiso de este grupo que permanece de pie.