Apenas el 1,01 por ciento del 20 por ciento del registro electoral venezolanos votaron en el referendo revocatorio del mandato del presidente Nicolás Maduro.
El desierto verificado la semana pasada en los puntos de recepción de voluntades para activar el referendo vuelve a confirmar el divorcio profundo de la oposición con su base social, despechada en un culebrón que no se acaba nunca, de promesa en promesa de acabar con el chavismo por vías express (desconocimiento de un comicio presidencial, autojuramentación de un presidente, irrupción desde un país vecino, proclamación de un golpe de Estado e invasión de mercenarios.
Ahora sólo le queda mirar hacia las presidenciales de 2024.
Un análisis de Marcos Salgado
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