Comunidad Amish de Arcola - Documental, documentales 188
¡Comenzaba nuestro road trip por el interior de USA! Y lo hacíamos aterrizando en Chicago a las seis de la tarde, tras casi 16 horas de vuelos y esperas en aeropuertos. Como comentaba en la etapa previa de los preparativos, un gustazo haber hecho los trámites aduaneros en tierras irlandesas y que al llegar, únicamente debas esperar a que salga tu maleta y salir zumbando. Teníamos que recoger en el propio aeropuerto el coche de alquiler con la compañía Dollar, asi que esperamos en la puerta de salida a que pasara el bus de la compañía que te lleva hasta la zona de Rental Cars, arreglamos el papeleo y nos pusimos en marcha ya que aún teníamos 300 kilómetros hasta Charleston, un pueblo en el interior de Illinois donde pasaríamos la primera noche.
La idea de escoger Charleston no era por nada en particular (tampoco había mucho que ver allí), simplemente la cercanía con Arthur y Arcola, dos pueblos Amish que visitaríamos la mañana siguiente. Dormimos en el motel Days Inn (precio de la habitación doble 63 euros, con wifi y desayuno incluido). En general, los desayunos de los moteles no es que sean para tirar cohetes (tostadas, cereales, yogures y con suerte algo de fruta) pero sirven para salir del paso y llevar algo en el cuerpo cuando te pones en marcha.
Antes de meterme con la visita a Arthur y Arcola, que a mí fue de las que más me gustó en todo el viaje, hay que hacer un breve repaso de quienes son los Amish, donde viven y cuál es su particular modo de vida. Te animo a que si antes te quieres poner un poco en situación, vuelvas a ver (porque seguro que la has visto ya) aquel peliculón que fue «Único testigo» de Harrison Ford, donde se retrataban muy bien las peculiares costumbres de esta comunidad.
Amish paseando en uno de sus coches de caballos. Cada comunidad utiliza un carro de caballos diferente. Algunos de ellos hasta llevan un sistema de calefacción artesanal y muy rudimentario pero bastante eficaz para los largos días de invierno. Se conocen como buggy y en Arcola hasta han habilitado expresamente el arcén para que los carros puedan circular sin ser molestados por otros vehículos. Para conducir estos carros no se necesita tener carnet pero sí respetar las correspondientes normas de tráfico. Uno de los motivos por los que los Amish se niegan a utilizar vehículos de motor (pueden montar en ellos pero no conducirlos) es porque consideran que estos son los culpables de que muchas familias vivan separadas y muy lejos unos de otros.