La pandemia de coronavirus, que ya superó los 100 millones de contagios y causó la muerte de más de dos millones de personas en todo el mundo, puso a la desigualdad en el centro de atención, que contribuye a la muerte de al menos una persona cada cuatro segundos.
Al menos 21.300 personas mueren cada día, por el hambre, la falta de acceso a la sanidad y el deterioro del clima que afecta sobre todo a los países pobres.
Mientras, las grandes fortunas mundiales se han incrementado, los más pobres necesitarían más de una década para recuperarse de los impactos económicos de la crisis. El número de personas que viven en la pobreza a nivel mundial aumentó hasta en 500 millones el año pasado.
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