Los gitanos han tenido desde siempre unos rasgos de identidad característicos y un estilo de vida parcialmente nómada en el sentido de que, pese a convivir con una determinada sociedad, nunca han dejado de lado sus costumbres y valores principales.
Los gitanos tienen una identidad férrea, razón por la cual se comportan de manera distinta según traten con extraños o parientes. Mientras que a los primeros se les suele dar un trato ajeno tal y como sucede en España con el uso del término payo para hacer referencia a quienes no son gitanos, cuando se trata de parientes se debe defender al otro si éste ha sido ofendido sea cual sea el motivo. Así, sus principales valores son:
La familia como institución suprema
Los hijos y los ancianos gozan del respeto y la consideración máximos
El cuidado de los hijos y los ancianos
Ser hospitalario es una obligación que debe manifestarse con agrado
El cumplimiento de la palabra dada y, ante todo, la ley gitana
La libertad como condición natural del individuo
La solidaridad entre miembros de la misma etnia
El cumplimiento de las decisiones de los ancianos si forman parte de la ley gitana
Si se produce algún tipo de conflicto entre gitanos, quienes deberán decidir el destino final de dicha disputa serán los gitanos de respeto o tíos de la zona, quienes formarán un Consejo de Ancianos para debatir acerca de lo que se debe hacer y tomar finalmente una medida que dé por solucionado el conflicto. La decisión de los gitanos de respeto se basará, ante todo, en los valores listados anteriormente y deberá ser beneficiosa para ambas partes, que deberán aceptarla sea cual sea.