Marina Garcés
En una sociedad donde el conocimiento disponible es inalcanzable y la ignorancia crece día a día, el aprendizaje se pone en el centro. Somos lo que aprendemos y convivir es aprender unos de otros y los unos con los otros. Vivimos en una sociedad de aprendices. El proyecto del capitalismo cognitivo pone a los aprendices en una situación de competitividad que no solo valora sus resultados sino también la ampliación constante de sus capacidades. Quien pierde su potencial, se convierte en un residuo. Frente a esta amenaza constante, ¿cómo imaginar una alianza de los aprendices? Esto implica podernos preguntar: ¿cómo queremos ser educados?
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