Cientos de miles de ucranianos huyen de las tropas de Putin al país vecino, Rumanía. Llegan agotados y traumatizados, pero por lo menos allí están a salvo. No obstante, algunos se arriesgan a volver a las zonas en combate para estar con sus familias.
Haciendo autostop y caminando con su andador, María tuvo que huir con sus dos nietos de un pueblo cercano a Odessa. La ciudad portuaria del mar Negro fue bombardeada al principio de la guerra. La mujer de 71 años tardó dos días en atravesar las zonas de combate hasta llegar al Danubio. El rio es la frontera natural con Rumania y, por lo tanto, con la Unión Europea. Cuando finalmente consigue llegar se encuentra con que no se le permite entrar al país. Su pasaporte no cumple las normas europeas. ¿Qué va a pasar con María y sus nietos en ese vacío burocrático?
Por otro lado, el matrimonio formado por Natalia y Dima (nombres ficticios) está desesperado por regresar a Ucrania, en dirección contraria a las caravanas de refugiados. Cuando estalló la guerra en su país los dos estaban de vacaciones en el extranjero. Ahora quieren volver lo antes posible. Sus dos hijos y la abuela les están esperando en Járkov, una de las ciudades de Ucrania más asediadas por las tropas de Putin. ¿Llegarán a tiempo para estar con su familia? ¿Y cuál será su futuro?