Ali es sirio y nace en un cuerpo femenino con el que no puede identificarse. Los demás lo consideran una mujer llamada Oula. Se casa con un hombre y vive según las estrictas tradiciones de su familia. Pero se siente varón.
Cuando estalla la revolución contra el régimen de al-Ásad en 2011, Ali participa en la oposición en su rol de Oula. Lo detienen y toma una decisión trascendental en la cárcel: reconocer por fin su identidad masculina. "Oula, la mujer, murió en esta cárcel y no regresará más. En el fondo, siento que soy Ali".
Poco después sale en libertad bajo fianza con la condición de abandonar Siria. En el verano de 2015, llega a la ciudad alemana de Magdeburgo vía Turquía por la ruta de los Balcanes. Poco después cambia su lugar de residencia y se muda a Berlín, donde puede someterse a una cirugía de reasignación de género. Un tribunal de Berlín le permite modificar su nombre en Ali.
La película acompaña a Ali desde 2016 hasta 2020. Un retrato íntimo de un joven que vivió como mujer durante años y que ahora puede ser fiel a lo que siente.