A solo tres meses de que concluya el trabajo de la Convención Constitucional, la Presidencia chilena confirmó para el 4 de septiembre el plebiscito en el que la ciudadanía decidirá si quiere o no una nueva Constitución. Este 2022 es un año crucial para el país: con nuevo presidente, nuevo Congreso y, si se aprueba, una nueva Constitución.
Al considerar «preocupantes» los sondeos que muestran una ventaja del rechazo a la nueva Carta Magna, el presidente Gabriel Boric abogó por acuerdos amplios y por «modificar lo que haya que modificar» para lograr una nueva Constitución basada en un modelo de equilibrio entre un Estado unitario central y una estructura de autonomía regional, cruzado con el reconocimiento de un Estado Plurinacional.
La nueva Carta Magna significa una transformación profunda a las instituciones tal como se las conocía desde la dictadura pinochetista, con la incorporación de demandas ciudadanas, como género y paridad, reconocimiento de la crisis climática, libertad de prensa y expresión.
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