Hace 20 años, en abril de 2002, un golpe de Estado derrocó al presidente de Venezuela Hugo Chávez. Fue el último golpe de Estado latinoamericano al estilo de aquellos del siglo XX, cuando un grupo de civiles y militares se ponía de acuerdo para derrocar un presidente electo democráticamente, se producía una ruptura institucional, se cerraba el Parlamento y asumía el poder alguien que no había sido elegido en las urnas.
Pero tuvo un final diferente a todos los otros. Lo derrocaron el 11 de abril y tres días después, en la madrugada del 14 y rodeado de una multitud que lo aclamaba, Chávez retornó al Palacio presidencial de Miraflores.
Lo que dejó en claro el golpe contra el gobierno constitucional fue que los insurrectos, civiles, religiosos, militares, venezolanos y extranjeros no contaban con la reacción de un pueblo que salió a las calles, desarmado, a exigir el retorno con vida del “comandante”, para asegurar el proceso de cambios y de la democracia participativa.
Visita: surysur.net