La rusofobia que se extiende por Occidente no se puede negar y atajarla es cada vez más difícil, si es que hay alguien interesado en hacerlo. ¿Qué repercusiones tiene? A las sanciones impuestas por los gobiernos, ahora se suman casos de agresión y acoso a ciudadanos rusos y otros rusoparlantes residentes en el extranjero, incluso niños de corta edad. Irónicamente, los que propagan el odio alegan actuar 'en defensa de los valores occidentales', valores que, en su ceguera, parecen haber olvidado.