El triunfo presidencial de Gabriel Boric generó altas expectativas que, a medida que pasaron los días, han generado una creciente insatisfacción y desaprobación de su gestión. La encuestadora Cadem otorgó un 40% de apoyo y un 50% de desaprobación a su gestión boricista, mientras Pulso Ciudadano, indica que la aprobación llega a un 27,8%, y que su desaprobación ascendió al 51%.
La inflación alcanza el 9,4% anual, los efectos de la pandemia y el golpe a la economía global por la guerra, generan turbulencias en la situación económica de millones de chilenos, muchos de los que votaron a Boric con la expectativa de un cambio.
La pérdida de apoyo es expresión de los límites del proyecto “progresista anti neoliberal” que buscó representar y que por ahora, es más neoliberal progresista que otra cosa, decidido a no hacer cambios profundos que generen el descontento de los empresarios y otros sectores de poder.
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