Al interior del museo del Louvre funciona un gran laboratorio científico que está permitiendo entender las intenciones y procesos creativos de los pintores y artesanos del pasado. A partir de los más modernos procesos físicos y químicos como reflectografía infrarroja, UV fluorescentes y rayos X, implementados para conservar y recuperar pinturas y obras de arte, es posible, además de observar la superposición de capas de materiales, pigmentos y distintos agentes temporales, realizar una lectura cuidadosa de las imágenes, de los trazos ocultos de distintas dimensiones y descubrir el proceso detrás de la creación artística. Así, el trabajo en conjunto de químicos, conservadores, historiadores del arte, arqueólogos y artistas contemporáneos está abriendo nuevas direcciones para un estudio más exhaustivo de las obras de arte, constituyendo una nueva disciplina colaborativa.
Visita: puertodeideas.cl