Estados Unidos es el organizador de la IX Cumbre de las Américas en junio en Los Ángeles, y como país anfitrión parece decidido a no cursar invitaciones a los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Más allá de que estas cumbres ya han perdido su objetivo inicial que era el de formar el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), la decisión de la Casa Blanca pone en problema al resto de los gobiernos que deben tomar la decisión de asistir -o no- a una cumbre con exclusiones.
Análisis de Pedro Brieger.
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