Poco después de que los nazis tomaran la capital bielorrusa en julio de 1941, cientos de miles de judíos fueron enviados al gueto de Minsk, el más grande en el territorio ocupado de la URSS. Allí, rodeados de sufrimiento y muerte, y a pesar de su corta edad, Vladimir Trajtenberg y Frida Reizman aprendieron lo necesario para poder sobrevivir. Sus impactantes testimonios mantienen viva la memoria histórica y nos invitan a reflexionar sobre el actual resurgimiento del odio y el nazismo.