Dicen que la política está llena de buenas intenciones que se diluyen cuando se encuentran con la realidad. Aunque el gobierno de Gabriel Boric comenzó a desmilitarizar la zona en marzo, atentados en las rutas llevaron al presidente chileno a desistir de la vía del diálogo y decretar el estado de excepción en la Araucanía.
Boric había prometido desmilitarizar los territorios donde hay asentamientos mapuches y resolver los conflictos por la «vía política», pero volvió, al igual que los gobiernos de derecha anteriores, a decretar el «estado de emergencia» y enviar nuevamente militares a la zona de la Araucanía y otras provincias cercanas, el «Wallmapu», que los mapuches no reconocen como territorio chileno.
En poco más de dos meses de gobierno, el gobierno de Boric mantuvo la dotación policial, reforzó el camino de la militarización de la Araucanía, e incluso con el avance a la “integración” de la nación mapuche con el Estado plurinacional, solo parecía buscar el reconocimiento de naciones originarias.
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