En enero, la temperatura media ronda los 50 °C bajo cero, pero no son extraños los días con menos 70 °C. Con este nivel de frío, es mejor no llevar gafas en el exterior: el metal se congela y se pega a la cara, lo que dificulta quitarse las gafas sin arrancar trozos de mejilla. Pasar de cinco a diez minutos al aire libre puede ser suficiente para causar fatiga, dolor punzante en la cara y dolores duraderos en los dedos de las manos y los pies. Veinte minutos es el punto en el que incluso el residente más resistente de Yakutsk piensa que es hora de entrar en casa. Afortunadamente, Yakutsk cuenta con un sistema de transporte público decente que funciona incluso con el frío extremo. La gente se desplaza al trabajo y a la escuela en autobús. Los que tienen coche, aparcan sus vehículos en garajes con calefacción y con una manta alrededor de la batería. Cuando conducen, mantienen el motor en marcha durante todo el día y, por supuesto, la ropa adecuada es crucial... para obtener el máximo calor, todo es cuestión de pieles.