No es novedad que Uruguay es refugio de grandes empresarios argentinos. Las facilidades que el gobierno derechista de Luis Lacalle Pou le brinda a los extranjeros ricos y su visión conjunta sobre el Mercosur, retroalimentan intereses mutuos. La falta de rentabilidad, las trabas operativas y el mal clima de negocios en su país son algunas de las causas que esgrimen los empresarios, evitando hablar de la evasión fiscal.
Dos años atrás, el gobierno uruguayo flexibilizó las condiciones que deben cumplir los argentinos para tributar en Uruguay y para tramitar una residencia fiscal.
De los poco más de dos mil que los iniciaron en 2017, en 2020 se llegó a casi siete mil, trepando hasta casi 12 mil en 2021.
Un análisis de Nicolás Centurión.
Visita: surysur.net