Las estadounidenses no dejarán de abortar, pero en muchos estados ahora lo harán de forma ilegal e insegura. La anulación del derecho al aborto por decisión del Tribunal Supremo de Justicia es, sin duda, un triunfo del supremacismo blanco y las más perjudicadas serán las mujeres más vulnerables.
La decisión dejará en manos de cada Estado decidir sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. En 26 de ellos, que están en manos de gobernadores conservadores o republicanos, ya han aprobado leyes contrarias al aborto o que lo prohíben totalmente.
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