La reciente protesta nacional, acaudillada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) logró gran parte de sus objetivos y obligó al gobierno neoliberal del banquero presidente Guillermo Lasso a conformar diez mesas de trabajo.
Los diálogos responden a uno de los principales puntos del acta de paz del 30 de junio, que puso fin al paro de 18 días. Mientras, los indígenas de la Amazonia Ecuatoriana exigieron al gobierno que asuma la responsabilidad por el uso excesivo de la fuerza que ocasionó la muerte de cinco manifestantes, miles de heridos, detenciones, persecución y criminalización.
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