Se cumplió un año de la derrota por el pueblo cubano de un intento de golpe blando preparado desde tiempo antes por el gobierno de Estados Unidos. El apoyo popular a la revolución y su gobierno fue el único factor que se subestimó en la planificación del zarpazo.
El golpe fue concebido por el gobierno de Donald Trump, como parte del recrudecimiento de la hostilidad contra la isla y aplicado por el de su sucesor Joseph Biden. Las declaraciones de éste y otros voceros, que presentaban al gobierno cubano cruzado de brazos ante la pandemia y otras mentiras, quedaron grabadas en el memorial universal de la infamia.
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