La gastronomía de Italia se caracteriza por sus elaboraciones con abundantes verduras, frutas, carnes, pescados, arroz, pastas y panes. Algunos de sus platos típicos son la pizza, la pasta y el rissoto.
La comida italiana está incluida dentro de las denominadas gastronomías mediterráneas, siendo imitadas y practicadas en todo el mundo. Entre los postres tradicionales tenemos el helado, mejor conocido como gelato, el tiramisú y el babà de Nápoles. Por último, entre las bebidas típicas de Italia está el limoncello, la grappa y la sambuca.
La historia nos cuenta que la comida italiana recibió influencia de otros países, tales como Grecia, África y los países asiáticos. Los griegos, africanos y asiáticos que se establecieron allá trajeron sus comidas y maneras de cocinar.
El hecho de comer para los italianos, tiene un significado mayor. Es un momento de socialización, de unión con sus familiares y de esa unidad de la familia se acredita los platos ricos y variados de la comida italiana.