Después de largos y complejos debates, el próximo domingo será sometido a referendo en Cuba el Código de las familias. Si bien Cuba es pionera en muchas de las todavía grandes batallas de Latinoamérica como igualdades de todo tipo, el derecho al aborto, protecciones de la maternidad y otras, este código representa una revolución de los derechos.
Sectores protagonizados fundamentalmente por la iglesia, han desplegado campañas feroces en contra del Código, que confiere tratamiento intencionado a la discriminación y a la violencia, protege a los sectores vulnerables y establece autonomía progresiva para las niñas, niños y adolescentes.
Asimismo concede preeminencia a los lazos afectivos como fuente de filiación, posibilita la gestación solidaria, transforma la patria potestad en responsabilidad parental, consiente el derecho de todas las personas a contraer matrimonio y fundar familia. Así las parejas homoafectivas podrán casarse.
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