El 2 de junio de 1953, más de 30 millones de televidentes en Europa siguieron la coronación de Isabel II. La joven reina apenas contaba 27 años. La ceremonia, a la que asistieron 7.500 invitados, se celebró en la abadía de Westminster y se grabaron incluso los ensayos.
Fue un momento estelar para la televisión europea, ya que la emisión simultánea en varios países era todo un reto para la época. Sin embargo, el entorno de la Reina, principalmente el primer ministro, Winston Churchill, se había opuesto firmemente a que se emitiera por televisión. ¿A qué se debía? ¿Y estuvo justificado el elevado costo de organización y equipamiento técnico, con más de 20 cámaras?