Colombia y Venezuela comparten más que fronteras; lazos históricos, de hermandad, de independentismo, de cultura e idiosincrasia de sus pueblos. Tal vez es impensable que su línea fronteriza que comprende unos 2.219 kilómetros pueda estar en tensión y sus lazos diplomáticos congelados.
Sin embargo, años de períodos gubernamentales con tendencias políticas opuestas entre sí, condujeron a la enemistad.
Siete años permaneció cerrado el paso fronterizo, por el conocido puente Simón Bolívar, generando un sinfín de afectaciones al comercio y la vida de los ciudadanos de ambos lados que para la época del año 2008 llegó a registrar unos 7.200 millones de dólares anuales.
Pero así como una nueva era inició en Colombia este 2022, con la llegada de un gobierno izquierdista y progresista, bajo el liderazgo de Gustavo Petro, también un nuevo paso se ha dado para las relaciones entre ambos vecinos.
Lo cierto es que gradualmente, Venezuela y Colombia, empezarán a reconstruir esas relaciones resquebrajadas en los últimos años, y que traerán beneficios para variados sectores como el agroindustrial, el comercio, la siderúrgica y la salud.
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