Es un mundo deslumbrante y colorido, un mundo de jeques y grandes negocios. Sin embargo, casi el 90 por ciento de la población de Qatar está compuesta por trabajadores inmigrantes sin ciudadanía qatarí, la tasa más alta del mundo.
Quien viaja a Qatar llega con muchas imágenes y prejuicios en la cabeza: un emirato corrupto, extremadamente rico, con violaciones de los derechos humanos hasta la esclavitud moderna, lleno de empresarios con prácticas cuestionables. Qatar es una dictadura con un emir que ejerce un poder casi ilimitado. Pero, al mismo tiempo, es una sociedad sorprendentemente abierta en algunos aspectos.
En términos de paisaje, el pequeño emirato es fascinante, con sus vastos desiertos, montañas de formas extrañas y sus pintorescas playas de arena. Es una tierra de contrastes, llena de sol, arena y la magia de las mil y una noches.