DESDE EL SUR
La condena a la vicepresidenta argentina Cristina Fernández es un nuevo capítulo de la articulación en América Latina de los poderes judiciales, económicos y mediáticos contra los gobiernos populares como ha sucedido estos últimos años con Manuel Zelaya en Honduras, Fernando Lugo en Paraguay, Dilma Rousseff y Lula da Silva en Brasil y Evo Morales en Bolivia.
A su imposibilidad de apelar al Poder Militar como disciplinador como en el siglo XX apelan a los otros poderes del Estado. Ahora de lo que se trata no es sólo de proscribir a Cristina e inhabiltarla políticamente, sino de destruir un movimiento popular que no pudieron destruir en el pasado y seguramente tampoco lo podrán hacer ahora. Un análisis de Pedro Brieger
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