Este 2022 fue otro año que vivimos en peligro, sobre todo en referencia a la acción de la derecha de América Latina, que siguió consolidando su estrategia de subversión antidemocrática para sostener posiciones o ganar nuevas, lo que se vio con total claridad en Perú, donde finalmente cayó el gobierno de Pedro Castillo, y triunfó el golpe parlamentario continuado, que comenzó apenas el maestro de provincias asumió la presidencia.
En simultáneo, se verificaba en Argentina la continuidad de un plan destituyente de la derecha sobre la vicepresidenta Cristina Fernández, con el intento de asesinarla primero y luego con la consumación del lawfare para mandarla presa, pero especialmente y sobre todo para inhabilitarla, es decir, para evitar que sea candidata en las presidenciales del año próximo.
Análisis de Marcos Salgado.
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