EN FOCO
Casi 100 días después de que la opción del Rechazo se impusiera en el plebiscito del 4 de septiembre, el lunes 12 se anunció que los dirigentes de las principales fuerzas políticas, en nombre de “lo posible”, lograron coincidir y bautizaron el pacto como “Acuerdo por Chile” para avanzar hacia una nueva Constitución.
La superestructura del poder político determinó meterse en el bolsillo la voluntad de los ciudadanos, a fin de salvar el monopolio del poder y, haciendo abuso de sus facultades legales, decidió actuar con total inmoralidad diseñando un proceso constituyente a través de un mecanismo expresamente reprobado en un referéndum de absoluta validez democrática, señalan los analistas.
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