Panamá, cuya estratégica posición geográfica lo hizo un crisol de razas e inspiró el lema 'para beneficio del mundo', es sin embargo uno de los países más desiguales de la región. Los pueblos originarios son los más vulnerables, y pese a ser parte esencial de la sociedad por su valor histórico y humano, fueron largo tiempo excluidos de los planes de desarrollo del Gobierno. ¿Cuál es la realidad de los indígenas panameños? ¿Son compatibles el beneficio económico y la preservación de su cultura?