Miles y miles de personas salen a festejar en la Argentina la tercera Copa Mundial de fútbol, pero esta vez la alegría es latinoamericana en una reivindicación del sur frente al norte soberbio y racista.
No se trata solamente de fútbol, ya que la política siempre intenta adueñarse de las fiestas populares.
Difícil de entender. Cinco millones de personas inundaron las calles, avenidas y autopistas de Buenos Aires, para festejar con los campeones de mundo, la obtención de la Copa.
Análisis de Pedro Brieger.
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