La crisis en Perú se agrava después que la mayoría parlamentaria rechazó adelantar las elecciones para octubre de este año, insuflando las protestas sociales iniciadas en diciembre exigiendo la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, del Congreso, elecciones este año, el llamado a una asamblea constituyente y la liberación del depuesto presidente Pedro Castillo.
Las protestas ya han dejado más de 60 muertos, entre ellos 46 asesinados por disparos de la policía y el ejército, una represión que apunta principalmente contra las poblaciones andinas, mayoritariamente indígenas. Pero las protestas resisten, no dan tregua.
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