A 35 meses desde que asumió la presidencia uruguaya, Luis Lacalle y el gobierno de coalición derechista tienen muy poco para mostrar: la pobreza aumentó desde 2019, los salarios bajaron, la inversión pública cayó, se concentró la riqueza y la mentira pasó a ser moneda corriente en Presidencia.
El caso que tiene como protagonistas principales al exjefe de la seguridad presidencial Alejandro Astesiano, y a varios integrantes del sistema político uruguayo, que comenzó como un escándalo sobre pasaportes falsos que derivó en espionaje y corrupción luego de que se conocieran públicamente los chats que mantenía el excustodio con diferentes funcionarios.
El costo del caso Astesiano para Uruguay puede ser extremadamente alto en caso de que los hechos no sean resueltos correctamente porque el pueblo uruguayo “está enojando” ante el intento de minimizar la seriedad de la situación por parte del surfista presidente y surgen las dudas sobre qué hará Lacalle para salvaguardar el estado de derecho y responsabilizar a los implicados.
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