Cada año, China sacrifica millones de burros para fabricar el ejiao, un remedio tradicional supuestamente un milagro utilizado para tratar diversas dolencias. Mientras que en el país, la población de burros ha disminuido drásticamente en los últimos años, los fabricantes chinos se ven obligados a importar y recurrir a los burros de África... A riesgo de hacerlos desaparecer.