Varios gobiernos de América Latina votaron contra Rusia en la Asamblea General de las Naciones Unidas cuando se trató el tema la invasión a Ucrania, sin caer en la lógica binaria de que esto implica un apoyo a los Estados Unidos y la OTAN. Los gobiernos de nuestra región, principalmente los progresistas, han sabido distanciarse esta postura.
El presidente Lula fue muy claro al decir que se había opuesto en 2003 a la invasión estadounidense de Irak y en 2022 a la de Rusia en Ucrania. Los gobiernos latinoamericanos se han negado a enviar armas (y tropas) a Ucrania, para combatir al ejército ruso.
Análisis de Pedro Brieger.
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