El sistema de salud francés a menudo se presenta como un ejemplo por la calidad del tratamiento y la universalidad de la cobertura. Pero existen disparidades en todo el país, con una grave escasez de médicos en ciertas áreas que limita seriamente el acceso a la atención, un fenómeno que los franceses llaman "desiertos médicos". Aunque el Gobierno ha decidido aumentar el número de estudiantes aceptados en las facultades de medicina, esta medida tardará casi una década en dar sus frutos.