Irán demuestra una vez más su capacidad para desarrollar avances claves en materia defensiva.
Lo más reciente ahora ha sido la presentación de un misil balístico con un alcance de 2.000 kilómetros y puede transportar una cabeza explosiva (ojiva) de 1.500 kilogramos.
Tras la exposición de “Jeibar”, no tardaron en llegar las reacciones de Occidente. El Departamento de Estado de EU se pronunció alegando sobre el programa de misiles de Irán, como una “seria amenaza para la seguridad regional e internacional y un serio desafío a la no proliferación” de armamento.
Por su parte, la República Islámica vuelve a dejar claro que sus objetivos están enmarcados en su doctrina de disuasión y no en la guerra sino en la defensa.
Este tipo de logros para Teherán representa además una gran fortaleza nacional en medio de sanciones y políticas hostiles desde Occidente. Al mismo tiempo que intenta garantizar la paz y la estabilidad de la región de Asia Occidental, en tiempos de amenazas e injerencia en los países que se oponen al sistema hegemónico mundial.
En esta edición de Detrás de la Razón por HispanTV, analizamos lo que ha representado esta misión para Irán y sus Fuerzas Armadas.
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