Pablo Quilodrán, arqueólogo
Peces, tiburones y aves gigantes; cetáceos pigmeos con parientes actuales en el Amazonas; sirénidos, cocodrilos y perezosos marinos. Son parte de los diversos vertebrados fósiles, de hace unos 8 millones de años, que se encuentran en Bahía Inglesa, la costa de Atacama. El lugar captó la atención de Charles Darwin en 1835 y 190 años más tarde se transformó en uno de los yacimientos paleontológicos más importantes del hemisferio sur y con el potencial cierto de ser considerado en la lista del Patrimonio Mundial.
El arqueólogo Pablo Quilodrán dio a conocer al público los detalles de estos increíbles restos fósiles, y cómo este yacimiento aporta pistas fundamentales sobre diferentes momentos de la evolución de la vida, desde hace al menos unos 380 millones de años, lo que podría significar un aporte significativo a la ciencia mundial y al desarrollo integral de Atacama.
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