Danny Boyle. Reino Unido - 1996
Mientras los periódicos lanzaban titulares alarmistas y los guardianes de la decencia se horrorizaban con su temática, la gente hacía colas en los cines para ver Trainspotting, el
fenómeno de la Gran Bretaña de los 90.
Basado en la novela de Irvine Welsh, es un crudo film sobre el mundo de la adicción impregnado de humor y toques surrealistas. Boyle no juzga a sus protagonistas. Sin condena hipócrita ni apología, sin paternalismo ni búsqueda de compasión, sólo hay actos y consecuencias.
La película causó controversia en su momento con acusaciones de fomentar el uso de drogas en la juventud. Lo cierto es que la influencia de Trainspotting así como del debate social que animó trascendieron las fronteras de la sociedad británica posthatcheriana transformándolo en film de culto.
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