Una de las peores catástrofes ambientales y humanitarias que ha dejado la guerra en Ucrania ocurrió cuando la presa de Nova Kakhovka, sobre el río Dniéper, colapsó el 6 de junio. La cantidad de agua liberada inundó decenas de comunidades río abajo, matando flora y fauna, desenterrando minas antipersona y dejando a miles de personas sin suministro hídrico, sin comida y sin luz. ¿Qué impacto tiene este atentado a nivel ecológico y humanitario? Lo analizamos en esta edición de El Debate.