Con un par de agujas o palillos, y unas bolas de estambre, se hace arte. Así es como Paula Riquelme prepara sus escenografías para los performances psicodélicos que tanto le gustan a la gente.
"Lo abstracto del performance atrae al público alemán porque los acerca a ciertas emociones reprimidas", dice Paula.
Pía Castro fue a entrevistarla hasta el lugar donde crea esos "enredos". El nombre de su compañía Maraña viene justamente de esos telares que se anudan entre sí, y donde los bailarines y artistas salen a mover sus cuerpos con un toque sensual.
Paula era trapecista en su natal Chile. Trabajó haciendo coreografías en el Centro de las Artes Aéreas de Chile. En Berlín aplicó sus habilidades circenses para crear lo que tiene ahora: performances o exposiciones con cuerdas y telas para diversas galerías.