Sus casi 7.000 kilómetros de longitud atraviesan varios países de Sudamérica. Tiene más de 1.100 afluentes y durante la estación lluviosa, en algunos tramos supera los 40 kilómetros de ancho. La inmensidad del Amazonas, una de las principales arterias fluviales del planeta, lleva años siendo aprovechada para transportar una carga letal hasta aquellos que la consumen: cocaína, la droga cuya demanda amenaza con convertir la cuenca del río en una verdadera tierra sin ley.