Desde Nueva Delhi, La India, los líderes de las principales economías mundiales se concentraron para la edición número 18 de la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G-20.
En esta ocasión -como era de esperarse- uno de los principales temas sobre la mesa de debate, fue el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, el cambio climático y el desarrollo económico.
La declaración final se dio, pese a los augurios de la Unión Europea (Ue) y EU, de que no se llegaría a ningún acuerdo.
En primer orden, el grupo, sin acusaciones ni señalamientos directos contra Rusia, emitió una postura de instar a todos los estados a respetar la integridad territorial y rechazar el uso de la fuerza en estos términos. La prensa ha calificado dicha postura como neutral, mientras no fue muy bien recibida desde Kiev.
Adicionalmente, se presentó un proyecto de corredor ferroviario y transporte marítimo, que tiene como objetivo conectar a la India con Asia Occidental y Europa. Una conectividad que promete beneficios en el comercio internacional.
Se acordó triplicar la capacidad energética global de las energías renovables de aquí a 2030, aceptando que es necesario reducir progresivamente las energías fósiles.
Y otro paso histórico ha sido la inclusión de la Unión Africana como miembro permanente del bloque.
Aunque los presidentes Xi Jinping y Vladimir Putin no asistieron; desde Nueva Delhi, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, dejó claro que el G-20 está en proceso de cambio y los países del Sur Global quieren reforzar sus posiciones en las estructuras de gobernanza mundial.
En esta edición de Detrás de la Razón por HispanTV, analizamos el encuentro del G-20 y las reacciones a su declaración final.
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