Bajo, agudo, parlanchín, con unos ojos vivaces deambulando por la habitación siempre rodeaba de libros que sirvieron para escribir una parte de El MIR de Miguel. De Miguel Enríquez. Vaya epopeya aquello. Seis años. 122 entrevistas. Una obra gruesa, incansable, invariablemente interesante.
Ignacio Vidaurrazaga como buen Cáncer tiene una personalidad dual: hogareño y ejecutivo, el mago literario que, en este libro, hace hablar a los muertos y a quienes buscan guardar un silencio respetuoso, más por estoicismo que por falta de ganas. Vivos y muertos gaviotean acá y allá, en una carrera loca y chispeante. Porque el libro es muy ameno. Y muy bien escrito.
¿Cuánto de razón y de emoción había en el MIR? Buena pregunta. Mucho de ambas, sin duda. ¿Diez mil? ¿Veinte mil? Nunca se sabrá la cantidad de miristas que existían. Pero Ignacio era uno de ellos.Y vaya qué pasó historias. Algunas buenas, otras en relación al MIR malas y las que te da la vida, muy malas. Pero todo continúa. El periodismo y la literatura lo llevan por senderos ocultos, y eso es embriagador.
Acá en el libro los géneros se cruzan: la biografía y la crónica van de la mano. Un coro polifonica multicromático en tonos rojinegros, entonando una larga canción -de 6 años-, significativa para muchos.
Miguel Enríquez y su vida, y la vida de quienes militaban están unidas estrechamente hasta hoy.
Historias desconocidas, contadas en primera persona, sobre diversos actores de aquella época. El Che, Luciano Cruz, la doctora del norte, los mapuches en el sur. Allende y la derecha, y aquellos jóvenes en citronetas con abrigos y bototos negros.
El mundo está en constante agitación, es una época convulsa y la sociedad chilena no está ajena a ese fenómeno. En esas condiciones nace el MIR en la entonces Atenas de Latinoamérica: Concepción. En un abrir y cerrar de ojos más de diez mil personas pasan a engrosar sus filas. Miguel y su comité central ejercen una labor destacada, pero ese liderazgo provoca una sostenible falta de congresos donde la militancia dé su opinión. Lo restante usted lo puede leer en este trabajo de Ignacio que se convierte en referencia.
Publicado por: Urbe Salvaje, el 22 marzo 2022