Tuve una increíble experiencia de vivir mano a mano en el monasterio Shaolin. Hice prácticas de Kung Fu, me entrené y recé junto a los alumnos del templo. Nos hicimos familiares y pudimos compartir sus secretos más encubiertos. Tuve una clase individual con máster Shifu y casi me detiene un policía. Les presento la vida real de un monasterio Shaolin y qué implica ser uno de los Shaolin. ¡Vamos!