Es un país donde no sólo los gángsteres tienen armas, sino las amas de casa. Por la inseguridad se custodian muchas casas, tiendas e instituciones, y la principal profesión filipina parece ser el guardia de seguridad. Bastante lógico, ya que aquí es más fácil comprar armas que zapatillas nuevas. En plena jungla se fabrican armas como si fuera ropa en China. Además es súper fácil conseguir pasaportes y documentos falsificados. Fuimos a increíbles barrios marginales de basura donde la gente come comida de segunda mano. ¿Y tú te atreverías a probarla? Estamos en un país de playas blancas, gente divina, naturaleza maravillosa, megaciudades y barrios marginales. ¡Vamos!