Eva Braun no empezó a ser conocida en Alemania hasta después de su muerte. Junto a Adolf Hitler, el 30 de abril de 1945 se quitó la vida en el búnker situado bajo la Cancillería del Reich, en Berlín. El día anterior, el dictador se casó con Braun, la que fue su amante durante muchos años. Ella se mantuvo siempre en un segundo plano, pasaba la mayor parte del tiempo en Múnich o en la residencia de Hitler de Berghof, en los Alpes. Después de la guerra, Albert Speer, el antiguo arquitecto de Adolf Hitler, describió a Braun como una de las "decepciones de la historia".
La primera biografía científica de Heike Görtmaker trata de revisar la imagen de la rubia y apolítica maniquí que acompañó al Führer. Según la biógrafa, tras la exagerada felicidad de Braun se escondía una mujer extremadamente decidida que se esforzaba, con increíble dureza, por alcanzar sus objetivos, usando hasta el último recurso: la muerte.