Nadie entiende la implicación de la policía local y amiga de Triana, Raquel Gago. La fiscalía está convencida de que ella formaba parte del plan, pero mantiene su inocencia. La defensa cita como testigos a dos inspectores de policía. Se les acusa de engañar a los acusados y mentir en sus testimonios. Surgen serias sospechas en torno a la investigación policial, que había estado muy politizada. Terminan los testimonios y el jurado sale a deliberar.